Una hernia discal consiste en la lesión o fisura de las estructuras primero más internas y luego más externas del anillo fibroso del disco intervertebral como resultado de gestos repetitivos en hiperflexión de tronco que generan presión sobre la parte posterior del disco. Se trata de un proceso degenerativo progresivo que se da lugar en un largo plazo. Cuando el núcleo pulposo del disco migra o se desplaza a través de la fisura creada en la parte posterior del anillo fibroso, éste genera un abombamiento posterior del disco. El abombamiento generará una puesta en tensión de los ligamentos situados en la parte posterior de la vértebra y del espacio intervertebral, generando un proceso edematoso que traerá consigo un conjunto de síntomas dolorosos.
El espacio alrededor de la médula espinal se verá reducido por el edema, el espacio por el que emergen las raíces nerviosas o foramen de conjunción formado entre dos vértebras también puede verse afectado por la inflamación, apareciendo así síntomas neurales típicos como las ciáticas y demás dolores referidos al miembro inferior. La debilidad muscular puede ser también consecuencia de esta compresión. El sistema muscular reacciona creando patrones antiálgicos tratando de limitar la movilidad de la zona.
Las hernias pueden ser leves, como un abombamiento generalizado y regular que afecta a toda la parte posterior del platillo vertebral, lo que denominamos protrusión discal. Otras pueden generar una extrusión más marcada y en una dirección concreta, afectando a las raíces nerviosas que emergen de uno u otro lado.
La terapia manual es efectiva en el tratamiento de las lesiones discales llevada a cabo a través de la combinación del enfoque y abordaje de la fisioterapia y la osteopatía en su conjunto. Ante esta lesión la cirugía se debe plantear en segunda instancia o en casos graves con síntomas muy agudos e incapacitantes, y siempre que los tratamientos conservadores no hayan resultado efectivos.
Con el tratamiento podemos conseguir su parcial reabsorción o desplazamiento a zonas menos agresivas para las raíces nerviosas.
La técnica de flexión-distracción se usa como parte del tratamiento de las hernias y protrusiones discales lumbares, no como técnica exclusiva. Puede usarse también en cualquier afección articular, ligamentaria y muscular a nivel lumbopélvico.
A cada movimiento de descenso o flexión la parte posterior de los discos intervertebrales se abre, las articulaciones interapofisarias se descomprimen y el conjunto ligamentario posterior se estira. En el movimiento de ascenso se vuelve a la posición inicial relajando las tensiones obtenidas y cerrando nuevamente el espacio discal posterior hasta una posición neutra o con muy leve extensió. De esta manera se obtiene un efecto de bombeo sobre el disco y sobre las estructuras adyacentes, mecanismo que permite reducir la presión intradiscal y disminuir el edema circundante.
Esta técnica puede usarse en cualquier patología lumbopélvica, ya que es una técnica sutil de fácil ejecución y cuya actuación aporta gran beneficio sobre el conjunto ligamentario y muscular de la zona lumbar, articulaciones sacroilíacas y pelvis.
C/ Carquizano 8, Bajo 3
20001 San Sebastián
España
Lunes a Viernes
9:00h - 20:00h
© mifisiosteópata. Franzys Calabrese. Todos los derechos reservados.
Diseño ♞ Chess Tráfico Digital.